(al. Dementia; fr. démence; ingl. dementia; it. demenza)
Debilitamiento de las facultades mentales debido a la muerte de un importante número de células de la corteza cerebral que, en menor número, ya no son capaces de permitirle al sujeto elaborar los datos de su experiencia de manera útil para desarrollar las actividades de su vida cotidiana.
Utilizado en el pasado como sinónimo de locura (v.), hoy el término se refiere al envejecimiento de las células de la corteza cerebral que se atribuye a causas que van desde la predisposición genética, que acelera el envejecimiento, a procesos arteriopáticos favorecidos por la hipertensión arterial y por la diabetes pasando por inflamaciones cerebrales (v. encefalitis y meningitis), lesiones traumáticas, y la ingestión de alcohol y drogas. Se puede incluir también en este cuadro la parálisis progresiva (v. parálisis, § 2), que es una forma de demencia debida a la infección del cerebro por el microorganismo de la sífilis.
EL CUADRO CLÍNICO
Las formas de aparición de la demencia son muchas y muy variables, y difíciles de diagnosticar. Sólo en una fase avanzada se pueden evidenciar:
Trastornos de la memoria
El paciente, además de no adquirir nuevas informaciones, olvida los hechos recientes conservando fragmentos de recuerdos pasados que con frecuencia revive como si fueran actuales. Reconoce las personas y los lugares habituales, pero es incapaz de recordar en correcta sucesión los diferentes episodios de su vida. El olvido de lo que se acaba de decir o de hacer lo lleva con frecuencia a continuas repeticiones. Constataciones experimentales demostraron que el orden de “desaprendizaje” sigue el del aprendizaje, por lo que, procediendo hacia el pasado, los recuerdos relativos a la infancia desaparecen al final, con una mayor sobrevivencia para los recuerdos que adquirieron una importancia personal para el sujeto.
Trastornos de la acción
El sujeto tiene dificultad para orientarse en el tiempo y en el espacio; pierde la familiaridad con los objetos, con la consiguiente dificultad para utilizarlos según el uso al que están destinados; pierde las costumbres familiares y usuales, hasta perder también, en los estadios más avanzados, los comportamientos más elementales.
Trastornos de la atención, del juicio y de la previsión
Con los consiguientes comportamientos inadecuados a la situación y en ocasiones peligrosos, porque se obnubila la relación secuencial entre medios y fines o porque no se logra prever el efecto de las propias acciones.
Trastornos del lenguaje
Con empobrecimiento del vocabulario y con aparición de manifestaciones afásicas y parafásicas (v. afasia) que dificultan la emisión verbal hasta el punto en que en ocasiones el lenguaje resulta incomprensible o repite ininterrumpidamente estereotipos lingüísticos.
Trastornos del humor
Cuando el paciente está consciente de su propia decadencia mental ocurren trastornos de carácter depresivo, acompañados de una especie de inquietud producida con frecuencia por la ansiedad ante el entorno; temiendo acciones inusitadas, aumenta los controles.
Ya que las causas que forman la base del trastorno mental continúan actuando, el carácter progresivo de la demencia no concede formas de defensa, a no ser que se restrinja el campo de actividad a un ambiente conocido desde hace tiempo, dentro del cual el demente logra llevar adelante su vida gracias a hábitos establecidos y bien probados.
La terapia es fundamentalmente ambiental, porque en estas manifestaciones los fármacos tienen una utilidad muy limitada. El restablecimiento en instituciones psiquiátricas es contraproducente porque obliga al paciente a enfrentar un ambiente nuevo, con nuevas reglas de vida y nuevas personas, frente a lo cual su capacidad mental se revela insuficiente y poco idónea para aprender una nueva realidad.
La prevención de la demencia senil y arteriosclerótica consiste en una vida activa con estímulos culturales, normas dietéticas e higiénicas aptas para conservar en buenas condiciones el aparato circulatorio.
LA DEMENCIA SENIL Y PRESENIL
Excluyendo la “demencia precoz”, que no es una forma de demencia, sino una vieja denominación de la esquizofrenia (v.), se suele diferenciar:
La demencia senil
Es la forma clásica de demencia que se manifiesta alrededor de los 70 años, revelando en el nivel clínico una atrofia cortical difusa, placas seniles, degeneración neurofibrilar y gránulo-vacuolar, y en el nivel fenoménico trastornos mnésicos, episodios de confusión, pérdida, con manifestación de comportamientos descuidados o peligrosos, ideas depresivas o persecutorias. Después el proceso demencial se vuelve global, con desorientación espaciotemporal, decaimiento mental generalizado, trastornos de la afectividad, con estados de apatía alternados con estados de ansiedad. La terapia es solamente sintomática o de asistencia general. En este cuadro entra la presbiofrenia de Wernicke, que es una forma clínica caracterizada por el predominio de los trastornos mnésicos.
La demencia presenil
Aparece entre los 50 y los 60 años bajo las siguientes formas:
- a] el mal de Alzheimer, caracterizado por lesiones múltiples de los tejidos cerebrales que interesan las regiones hipocámpicas y retrorolándicas, mientras que generalmente las circunvoluciones centrales, frontales y parietales no se ven afectadas. Esta forma de demencia comprende tres estados; en el primero aparecen las deficiencias intelectuales de la demencia, pero queda bien conservada la afectividad por lo que el enfermo presenta todavía buena iniciativa y osadía; en el segundo estadio se desarrollan los síndromes típicos de la enfermedad, como afasia (v.), alexia (v.), agrafia (v.), agnosia (v.), logoclonía (v.), necesidad de movimiento y repetición de acciones sin sentido. Las condiciones psicopatológicas se agravan progresivamente hasta llegar, en el tercer estadio, a un empobrecimiento intelectual completo y a una casi total pérdida de las funciones simbólicas. En un período que varía de los cuatro a los seis años sobreviene la muerte;
- b] la enfermedad de Pick, una atrofia cerebral circunscrita al área frontotemporal, con rarefacción neuronal y gliosis astrocitaria. Al microscopio las células aparecen inflamadas, con citoplasma claro y núcleo excéntrico. Los primeros signos son apatía, indiferencia, liberación de los instintos, impulsividad, regresión al nivel oral, que se manifiesta con glotonería y tendencia a llevarse a la boca objetos comestibles y no comestibles. Al progresar la enfermedad se llega al mutismo y a la pasividad total, incontinencia de esfínteres, caquexia (v.) y, por último, la muerte;
- c] la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, una forma de demencia determinada por un virus aún no identificado, cuya acción tiene una evolución patógena lenta. Las lesiones histológicas se caracterizan por rarefacción neuronal que interesa la corteza cerebral y en ocasiones los núcleos grises.
OTRAS FORMAS DE DEMENCIA
Demencia alcohólica
Agravamiento del síndrome de Korsakoff (v. alcoholismo, § 6, b), caracterizado por deterioro de la memoria y de las facultades intelectuales, inestabilidad emotiva, decadencia del comportamiento y del cuidado de sí mismo. Es frecuente la evolución del síndrome hacia un cuadro de caquexia (v.), con un final negativo.
Demencia arteriosclerótica
Se manifiesta después de los 60 años con lesiones múltiples de origen vascular de los tejidos cerebrales. Es favorecida por intoxicaciones crónicas de alcohol o tabaco, desequilibrios metabólicos, especialmente de grasas, y grandes tensiones en la vida pasada del sujeto. La enfermedad surge con una sintomatología de tipo depresivo acompañada en ocasiones de rasgos delirantes. Se observa insomnio, irritabilidad, deficiencia de la memoria para los acontecimientos recientes, pensamiento pueril, desórdenes espaciotemporales, aumento de la reactividad emotiva, con propensión al llanto y a la risa sin una correspondencia adecuada en términos de afectividad.
Demencia epiléptica
Debida, según la mayoría, a la degeneración de las células nerviosas después de alteraciones circulatorias durante los episodios convulsivos. Se registra en no más de 5% de los epilépticos.
Demencia infantil
Término en progresivo desuso, en su momento utilizado para describir una serie de trastornos cerebrales degenerativos crónicos de la infancia, incluyendo la psicosis infantil y el autismo (v.) infantil precoz. El cuadro describe una progresiva desestructuración de la personalidad con trastornos del lenguaje, que tiene cada vez más lagunas y se vuelve incomprensible, desaparición casi total de los afectos y de las funciones cerebrales superiores (corteza cerebral).
Demencia postraumática
Reducción o ausencia de las facultades intelectuales debidas a lesión cerebral. No se registra correlación entre la gravedad del trauma y la gravedad de las consecuencias psiquiátricas postraumáticas. Sólo se nota que individuos con personalidad pretraumática neurótica tienden a desarrollar formas dementes cada vez más graves.
Fonte: Alzheimer, A. (1907); Chown, S. M. (1972); Jervis, G. (1975); Pearce, J. y E. Miller, (1973); Perusini, G. (1910); Pick, A. (1901); Slaby, A.E. y R.J. Wyatt (1974); Spinuler, M. (1981); Wernicke, C.K. (1894); Williams, M. (1970)