(al. Blutschande; fr. inceste; ingl. incest; it. incesto)
Relación sexual entre personas que tienen vínculos de parentesco. El incesto está universalmente prohibido en todas las sociedades humanas; en algunas sólo está permitido a los soberanos para reforzar su estatus por encima de cualquier ley y prohibición.
Las explicaciones de esta prohibición universal, investigadas sobre todo en el ámbito antropológico y psicoanalítico, son muchas y casi todas insatisfactorias por lo menos en parte.
ANTROPOLOGÍA
En este ámbito entre las principales interpretaciones, recordamos:
La teoría biológica que sostiene L. H. Morgan
Según el cual los hijos nacidos de relaciones consanguíneas estarían más predispuestos a presentar malformaciones y enfermedades por el predominio, en estas uniones, de caracteres recesivos.
La teoría de la familiaridad, que sostiene B. Malinowski
Según quien la relación sexual entre consanguíneos encontraría un obstáculo de tipo psicológico debido a las relaciones de familiaridad, que producirían una instintiva repugnancia por las relaciones sexuales.
La teoría totémica de É. Durkheim
De acuerdo con el cual los miembros pertenecientes al mismo clan totémico estarían convencidos de tener en común una misma sustancia materializada en la sangre que inspiraría la misma aversión que la sangre menstrual o sangre femenina, con la que no se debe tener ningún contacto.
La teoría cultural de C. Lévi-Strauss
Según quien la primera regla de sobrevivencia para las comunidades primitivas era la de encontrar, en el exterior, enemigos o parientes. Para evitar el estado de continua beligerancia que habría destruido a las diversas comunidades no había otro medio que el de intercambiar a las mujeres: “La última explicación es probablemente que la humanidad se dio cuenta muy rápido de que, para poder liberarse de una salvaje lucha por la existencia, debía elegir simplemente entre ‘casarse fuera, o ser asesinado fuera’.
La alternativa era entre las familias biológicas que vivían en contacto y tendían a ser unidades cerradas y autoperpetuadas, sobrecogidas por temores, odios e ignorancias, y la instauración sistemática, mediante la prohibición del incesto, de vínculos intermatrimoniales entre ellas, logrando de esta forma construir, además de los artificiales vínculos de parentesco, una verdadera sociedad humana, no obstante la influencia aisladora de la consanguinidad, e incluso en oposición a ella” (1960- 1967: 168).
Con la prohibición del incesto el orden de la cultura entra en la naturaleza, expresando la vida sexual como vida social; en efecto “la prohibición del incesto no es tanto una regla que prohíbe desposar a la madre, la hermana o la hija, como una regla que obliga a darles a otros la madre, la hermana o la hija” (1947: 617).
PSICOANÁLISIS
Freud hace de la prohibición del incesto el núcleo a partir del cual se articula el complejo edípico y su resolución: “El psicoanálisis nos ha enseñado que la primera elección de objeto sexual en el varoncito es incestuosa, recae sobre los objetos prohibidos, madre y hermanas; y también nos ha permitido tomar conocimiento de los caminos por los cuales él se libera, cuando crece, de la atracción del incesto.
Ahora bien, el neurótico representa (repräsentieren) para nosotros, por lo común, una pieza del infantilismo psíquico; no ha conseguido librarse de las constelaciones pueriles de la psicosexualidad, o bien ha regresado a ellas (inhibición del desarrollo y regresión).
En su vida anímica inconciente, pues, las fijaciones incestuosas de la libido siguen desempeñando –o han vuelto a desempeñar– un papel principal. Por eso hemos llegado a proclamar como el complejo nuclear de las neurosis el vínculo con los padres, gobernado por apetencias incestuosas.” (1912-1913 [1976: 26]; v. antropología, § 1). C.G. Jung desplaza el problema del incesto del plano literario al simbólico para descubrir en las fantasías de incesto, por un lado, una regresión a las fuentes del desarrollo psíquico para una regeneración del propio mundo interior, y por el otro una representación que invita a acomodar partes de la psique que todavía no están integradas.
Fonte: Ceccarelli, F. (1978); Durkheim, É. (1897); Freud, S. (1912-1913); Héritier, F. (1979); Jung, C.G. (1934-1954); Lévi-Strauss, C. (1947); Lévi-Strauss, C. (1960-1967); Malacrea, M. y A. Vassalli (coords.) (1990); Malinowski, B. (1927); Montefoschi, S. (1982); Morgan, L.H. (1877)