Términos con ‘Z’

Escuela budista cuyo nombre se deriva de la traducción japonesa del término chino ch’an que significa “meditación”. Lo zen, extraño a especulaciones filosóficas, se configura esencialmente como una disciplina espiritual cuyo fin es la consecución del satori o “iluminación”, que es un conocimiento experimental de la unidad del ser que se refleja en toda manifestación del mundo visible y que sólo es posible alcanzar superando el conocimiento intelectual que procede por pares de opuestos, es decir siguiendo un itinerario que no permite llegar a la intuición de la identidad del ser.

Esta intuición no se conquista, pero sucede si se es capaz de producir ese “vacío de sí” que crea un espacio para recibir el sentido profundo de la realidad que se revela. Para la creación de este vacío la escuela rinzai usa el sistema koan, que consiste en preguntas paradojales y problemas insolubles. Asomándose a ellos el que quiere alcanzar la iluminación puede constatar la insuficiencia de las capacidades intelectuales para la comprensión profunda. La escuela soto, en cambio, favorece la práctica del zazen (meditación en posición sentada), en el cual la concentración del ritmo
respiratorio permite ese vacío mental adecuado para recibir la iluminación.

C.G. Jung intenta una explicación de la práctica del zen en los términos de la psicología analítica que concibe al inconsciente, no como un simple lugar de lo reprimido, sino como “una totalidad no describible de todos los factores subliminales, o sea una ‘visión total’ de naturaleza potencial. Esto constituye la disposición total de la cual la conciencia obtiene en cada ocasión sólo pequeñísimos fragmentos.

Entonces, si la conciencia se vacía al máximo de sus contenidos, también éstos caen (por lo menos por un tiempo) en un estado de inconciencia. […] La energía ahorrada se devuelve al inconsciente, cuya carga mental se refuerza hasta cierto punto máximo. Esto aumenta la capacidad de los contenidos inconscientes de irrumpir en la conciencia. […] Si se logra insertar adecuadamente en la vida de la conciencia los fragmentos ofrecidos o impuestos por el inconsciente, se deriva una forma de existencia psíquica que corresponde mejor a la integridad de la personalidad individual; también se eliminan así conflictos estériles entre la personalidad consciente y la inconsciente. La psicología moderna descansa sobre este principio” (1939: 561-562)

Fonte: Humphreys, C. (1957); Jung, C.G. (1939); Suzuki, D.T. (1927-1934); Suzuki, D.T. (1934)

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